Salida en vuelo regular (conexión intermedia) con destino a Yamena, capital de Chad. Tras realizar los trámites de entrada al país nos dirigiremos hacia el alojamiento en la ciudad. Noche en hotel.

Tras una noche un poco corta, por la mañana nos pondremos en marcha para iniciar esta aventura y recorrer en tres días los casi 1.200 kilómetros de pista y arena que nos separan de nuestro objetivo, el macizo del Ennedi. Tras preparar todo el material en nuestros vehículos 4x4 dejaremos atrás la capital del país y conduciremos rumbo noreste a lo largo de Bahr el Ghazal, el antiguo "Río de las Gacelas", en busca de Moussoro, capital del departamento de Bahr el Ghazal e importante punto para comerciantes en el centro del país. A lo largo del camino iremos dejando atrás pequeñas aldeas de pastores con sus cabras, vacas y camellos, mientras las gacelas del desierto se nos cruzan en el camino para perderse saltando tras las dunas. Llegados a nuestro destino, acamparemos en algún lugar cerca de Moussoro. Noche en campamento.

Tras el desayuno regresaremos a nuestros vehículos 4×4 y continuaremos conduciendo en dirección a través de polvorientas pistas por un paisaje típico de sahel. De nuevo dejaremos atrás más y más aldeas dedicadas al pastoreo. A medida que devoremos kilómetros a lo largo del Bahr el Ghazal iremos viendo como poco a poco el paisaje se irá tornando más desértico, con menos árboles y arbustos. Antes de montar nuestro campamento en el Wadi Hachin visitaremos el pozo de Todi, un lugar donde cientos de dromedarios acompañados de otros tantos pastores esperan pacientemente su turno para beber en un espectáculo realmente único. Noche en campamento.

Tercer y último día de ruta de aproximación por las inacabables pistas de polvo y arena para alcanzar nuestra puerta de entrada al macizo del Ennedi. Tras dejar atrás la pista principal y adentrarnos hacia el este a través de los primeros paisajes de puro desierto, al final del día llegaremos a la población de Oumchalouba-Kalait, un pequeño pueblo controlado por el ejército que identificaremos por los restos de los vehículos militares bombardeados por la fuerza aérea francesa durante la guerra entre Chad y Libia que hay abandonados a la entrada del mismo. Tras abastecernos de agua y carburante continuaremos nuestra ruta en busca de un lugar donde acampar cerca del macizo de Terkeï. Noche en campamento.

Aprovecharemos los siguientes días para explorar tranquilamente el Macizo del Ennedi y algunos de los macizos adyacentes. Durante las visitas descubriremos formaciones rocosas de extraordinaria belleza, como arcos, agujas, circos naturales y paredes repletas de pinturas y grabados rupestres realizados en el Holoceno (4.000 a.C.). Las visitas incluyen lugares como: los Arcos de Anoko y Aloba (uno de los más grandes del mundo con casi 120 m. de altura), Deli, Niola Doa, el laberinto de Oyo, Tokou o los Gueltas de Bashikele y Archeï.

Este último uno de los más famosos del desierto del Sahara y habitado por distintas especies de animales entre los que destacan el cocodrilo de África Occidental (Crocodylus suchus), un saurio enano que vivió a lo largo de los ríos que atravesaban el Sahara durante el Neolítico y que representan una de las últimas colonias conocidas actualmente en el desierto. El espectáculo del circo en el que se encuentra este guelta se completa con la presencia de las vastas manadas de camello que acuden al lugar a beber pese a la presencia de los cocodrilos. Sin duda alguna una de las imágenes más icónicas de esta ruta y de todo el desierto del Sahara. Noches en campamento.

Continuación de las visitas y exploración del macizo de Ennedi.

Continuación de las visitas y exploración del macizo de Ennedi.

Después de admirar los espectaculares paisajes repletos de relieves recortados con arcos, agujas, cañones y colosales picos, siempre rodeados de la arena infinita del desierto, continuaremos nuestra ruta en nuestros vehículos todoterreno en busca del Oasis de Fada, una pequeña y agradable población considerada como la capital de Ennedi, donde montaremos el campamento en sus cercanías. Noche en campamento.

Continuaremos conduciendo a través de polvorientas pistas por el macizo de Bichigara, dejando atrás el paisaje montañoso que nos ha acompañado los últimos días. Las vistas serán más abiertas, con grandes llanuras de arena abiertas ante nuestros ojos. Nos encontraremos entonces en la Depresión de Mourdi, una depresión ubicada entre las mesetas de Erdi y Ennedi, por un lado, y la desembocadura del Wadi Guroguro por el otro, que por momentos parece inacabable. Durante la jornada tendremos tiempo de visitar algunas pinturas rupestres más y nos abastecernos de agua en el Pozo de Way. A última hora de la tarde buscaremos un lugar donde acampar. Noche en campamento.

A medida que atravesemos la depresión de Mourdi, nos iremos acercando a las montañas Mardá y a la población de Demi, una remota aldea dedicada a la extracción de sal en las salinas tanto del pueblo como las de Teguedei. Esta es una región donde es fácil sentir el Harmattan, el viento alisio nororiental, seco, frío y polvoriento, que barre por completo la región durante los primeros meses del año. Desde aquí nos dirigiremos hacia Ounianga Serir, un grupo de lagos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto a los de Ounianga Kebir (situados unos 50 kilómetros el noroeste) que nos sorprenderán por su extraordinaria belleza gracias a la variedad de formas, tamaños y colores que tienen debido a sus diversas composiciones químicas. Estos lagos, alimentados por el nivel freático fósil, son los últimos vestigios de un lago mucho mayor que ocupaba esta cuenca del desierto del Sahara hace más de 5.000 años.

La lista de lagos que podemos visitar en Ounianga Sérir es casi inacabable: el lago Melekui, lago Dirke, lago Ardjou, lago Téli, lago Obrom, lago Élimé, lago Hogo, lago Djiara, lago Ahoita, lago Daléyala, y lago Boukkou. Todos ellos se encuentran separados entre sí por dunas y muchos de ellos cubiertos por juncos que atenúan la evaporación del agua. Noche en campamento.

Continuando la ruta por el norte del país, dejaremos atrás Ounianga Serir y nos dirigiremos hacia Ounianga Kebir, el otro grupo de lagos de la región que recibe su nombre del pueblo Ounia, descendientes de los esclavos que trabajan en las salinas de la región. A diferencia de los lagos de Ounianga Serir, las aguas de este grupo de lagos son extremadamente salobres. Aquí también tenemos una lista importante de lagos que se pueden visitar como el Lago Katam, el Ouma, el Béver, el Midji o el Forodom, aunque sin duda alguna de entre todos ellos destaca el Lago Yoa, el segundo más grande de todos los lagos de Ounianga -tras el de Téli en Ounianga Serir-, rodeado de verdes palmeras y grandes acantilados de color anaranjado donde las dunas de la depresión de Mourdi vienen a morir. Sencillamente un espectáculo único y totalmente inesperado en esas latitudes para cualquier viajero. Noche en campamento.

Con todo nuestro pesar abandonaremos Ounianga Kebir y nos pondremos de nuevo sobre las polvorientas pistas en busca de las montañas del Macizo de Bembeche, donde una vez alcanzadas las atravesaremos serpenteando entre curiosas formaciones rocosas. Antes de llegar al Oasis de Faya buscaremos un lugar para pasar la noche cerca de la población de Edike. Noche en campamento.

Dejaremos atrás las montañas de Bembeche y continuaremos devorando kilómetros en nuestros sufridos 4×4 hasta alcanzar el Oasis de Faya, una población repleta de palmeras que históricamente fue un punto de comercio importante gracias a las caravanas que cruzaban la región repletas de sal, dátiles y de un mineral llamado natrón, muy empleado por los antiguos egipcios en el proceso de momificación. Tras parar en un pequeño hotel para descansar unas horas, darnos una merecida ducha y abastecernos de agua y gasoil, continuaremos la ruta hacia Kouba pasando junto a las dunas de Erg du Djourab, hasta llegar a la población de Kouba. Noche en campamento.

A igual que en el camino de ida, durante nuestro camino de regreso hacia Yamena a través del río seco de Bahr el Ghazal, nos iremos cruzando con multitud de rebaños y pequeñas aldeas dedicadas al pastoreo. De pueblo en pueblo a través de una sabana semidesértica, alcanzaremos la población de Salal. A partir de este lugar iremos viendo de manera más evidente como el paisaje desértico va dejando paso de nuevo paso al sahel, con acacias y matorrales que salpican las vistas. Llegados a Moussoro instalaremos nuestro último campamento de la ruta en las cercanías. Noche en campamento.

Tras catorce días de duro pero reconfortante viaje, finalmente regresaremos a la “civilización” donde nos espera una buena ducha y un poco de descanso. Por la noche, a la hora convenida traslado al aeropuerto.

Embarque en el vuelo de regreso a Barcelona, con conexión intermedia. Noche a bordo. Llegada y fin de nuestros servicios.