Uzbekistán y Kirguistán en grupo agosto

El viaje a Uzbekistán y Kirguistán es muy intenso, son dos países diferentes con contrastes que vas viendo y viviendo a medida que los conoces. Lo que más me ha gustado es conocer las ciudades de la ruta de la seda en Uzbekistán y estar en la zona del Himalaya, viendo durante el trayecto las montañas, el pico Lenin y estar en las yurtas conociendo los lagos en Kirguistán.

Lo que más me ha gustado es poder conocer a estos dos países tan diferentes en un solo viaje. Uzbekistán tiene una riqueza cultural enorme e inigualable, mientras que Kirguistán es un destino perfecto para los amantes de la naturaleza en su estado más puro. El hecho de no encontrar a muchos turistas en todas partes también ha sido positivo desde mi punto de vista. Las visitas nocturnas a Khiva, Bukhara y Samarcanda con las madrasas, mausoleos y otros monumentos iluminados fueron espectaculares. Por otra parte, dormir en las yurtas de Kirguistán fue una experiencia inolvidable.

Lo que menos me ha gustado, es tener que realizar viajes tan largos entre los distintos destinos, especialmente en Kirguistán que tiene carreteras deficientes, en obras o simplemente inexistentes, en un vehículo pequeño para 12 personas. Los viajes en tren a Uzbekistán no pudieron realizarse en trenes de alta velocidad debido a los cambios de programa que sufrimos por el retraso de los vuelos de Turkish Airlines, y se hicieron más largos y pesados ​​de lo que tocaba. Al final estaba tan cansada que tuve la sensación de que me sobraban algunos días de ruta, pero tampoco sabría dónde recortar.

Aparte de lo que he comentado antes, quiero decir que el viaje en grupo ha ido muy bien, sin obstáculos destacables y siempre puntuales para las salidas. El guía en Uzbekistán (Dil) fue excelente, nos contó muchas cosas del país y de su gente durante los trayectos en bus, que le hacían más entretenido. Tuvo mucha paciencia con todos nosotros y además habla a un español perfecto. Las visitas a las diferentes madrasas, mezquitas y otros monumentos estuvieron muy bien distribuidas, siempre dejando tiempo libre por la tarde-noche.

La guía en Kirguistán (Leyla) también hizo bien su trabajo, aunque al principio no nos contaba nada y teníamos que pedirle nosotros. Más adelante ya se animó a darnos informaciones generales del país y sus costumbres. Debo decir que Leyla tuvo muchos detalles con todos nosotros invitándonos a probar comida y bebida típica del país, entre otras cosas.

Ambos destinos, tanto Uzbekistán como Kirguistán, han sido espectaculares. Uno, por arte y cultura y Kirguistán por su brutal naturaleza, que compensa la deficiente situación de infraestructuras viarias del pais. En general, la acogida de las personas locales -en ambos países- es muy buena. Las actividades programadas, especialmente en Kirguistán han sido muy positivas y gratificantes.

El viaje me ha gustado mucho. Son unos países fascinantes: Uzbekistán por sus ciudades que te transportan a unas vidas y culturas lejanas; Kirguistán con una naturaleza que no se acaba, donde las fotos no hacen honor a lo que ves, todo es inmenso… las montañas, los lagos, vivirlo de cerca… ¡una maravilla!